Vida Libre y Natural

 

Todo comienzo
Es ya parte del pasado.

 

Muchas veces, mientras elaboraba este libro, me planteaba que cada tema a tratar, si realmente me permito desarrollarlo, requería todo un libro. ¿Por qué no hacer, pues, varios en vez de uno? Me pregunté a mí misma. No sé si el día de mañana desarrollaré con mayor hincapié cada capítulo pero actualmente me planteo que prefiero que todos los temas se encuentren en el mismo volumen, aunque éste pueda resultar más largo o caro. ¿Por qué? Pues porque para mí todo es lo mismo, todo va unido. Por ello todo es Uno.

Como menciono varias veces a lo largo de la obra, en su esencia todos estos temas se reducen a la búsqueda de la sencillez, comunión o fusión con la Naturaleza y aprendizaje del Amor. Intento llevar estos tres temas a todos los ámbitos de mi vida abarcando cada día el máximo número posible, aumentando éstos poco a poco sin yo apenas percibirlo. Simplemente me ofrecen otra forma de mirar y sentir la vida mostrándome una necesidad incipiente de ver globalmente.

En la sociedad materialista en la que vivo, centrada en la especialización donde cada uno se esfuerza por dominar un campo olvidando los demás, considero realmente importante volver a tener en cuenta la globalidad, ya no solo porque Da Vinci o el Renacimiento me fascinan, sino porque creo que ayudan a ampliar la consciencia y, por tanto, la frecuencia vibratoria de nuestro ser y la paz mental y espiritual.

Otra razón por la que introduzco todos los temas en un mismo libro, es la de abrir puertas o ventanas. Si alguien identificado con la no-escolarización lee el apartado de alimentación que no se había planteado anteriormente en su vida, puede que le ayude a tomar consciencia o conectar consigo mismo en este nuevo campo para él y a la inversa. Es una forma de intentar tener en cuenta todo lo que hacemos, pensamos o sentimos en toda hora, minuto, segundo...

El otro día un amigo, tras leer el índice, me comentó que le extrañaba que no hubiese un capítulo dedicado exclusivamente a la espiritualidad. Lo cierto es que tiene razón y me planteé elaborar uno para que la obra no quedase muy coja pero pensé... ¿Qué es la espiritualidad? Y no supe contestar. ¿Cómo escribir sobre algo de lo que no sé qué es?. Prefiero dejarlo así, como una muestra testimonial de mi camino. Aunque cojo, deseo conseguir alumbrar algún otro sendero.

Me resulta todo un reto intentar meter TODA una visión de la vida (mi modo de verla, sentirla, entenderla, registrarla y actuar) en unas simples hojas de papel. ¿Cómo poder introducirme a mí misma, mi esencia, en un simple paquete celulósico?. Aún así, espero poder transmitir parte de mí. Antaño me dirigía a los demás por una motivación principalmente externa, ahora porque siento que tengo mucho que compartir. He descubierto claramente que la felicidad se haya en mí, no hace falta que nadie me la dé.

Doy gracias a la vida por ofrecerme la posibilidad de realizar este libro. Me está resultando interesante hasta a mí y eso que yo ya me sé todo lo expuesto. Me sirve para verme desde fuera, a esbozar mis búsquedas e inquietudes, mi día a día. Tengo la tremenda sensación de que he estado viviendo años atrás dentro de un armario oscuro, viejo, sucio, lúgubre y cerrado con llave.

Os aconsejo, a aquellos que os identifiquéis con lo expuesto, que no copiéis mis actos, sino que os observéis a vosotros mismos y si lo deseáis, empecéis a cambiar y llevar a la práctica aquellos puntos de mi lectura en los que creéis, sentís o deseáis y no os supone mucho esfuerzo. Poco a poco irán viniendo los demás. A todos nos queda mucho camino por recorrer, lo importante es saber ver hacia dónde vamos o queremos ir, el resto ya llegará por sí solo. Una vez leí: “Al amar, no eres tú quien ama, sino el amor a través de ti”. Cuando estamos conectados y nos permitimos fluir, eso mismo sucede con nuestros actos. Tan sólo somos un canal.

Deseo de todo corazón que este libro os inste a la reflexión, ayudándoos a indagar en vuestro interior y a actuar acorde a la lectura que hagáis de él.

Con amor
Nuria Aragón Castro
Verano 2002