¡Paz y Bien!
Por el lado materno tengo raíces en Fornos - Santa Maria da Feira.
Mi abuela materna, María, y sus hermanos Joaquina, Rita, Francisco, António y Manuel, nacieron en esta parroquia, de la cual yo siempre he oído hablar desde pequeñito.
Cuando conocí esta casa ya no pertenecía a mi familia: mi bisabuelo había fallecido hace muchos años y mi bisabuela vino a morir en Espinho cuando yo era todavía un niño de cuello.
Fue para ir a Fornos que hice uno de mis primeros viajes en tren, la primera en la Línea del Vouga.
Fui con la tía Rita a la fiesta de Nuestra Señora de la Salud. Debería tener unos seis años. Por lo tanto ... ¡Ya va sesenta años!
En 1959 fue aquí donde tomé el primer contacto con la vida rural, no en esta casa, sino en la Vila Adelaide, en la actual Rua do Ribeiro, todavía propiedad del Tío Francisco, regresado rico de Brasil.
En este día 15 de Agosto de 2018 volví una vez más a Fornos.
Durante unos años fué devoto asiduo presente en la fiesta de Nuestra Señora de la Salud.
A veces colaboré con el saludoso Sr. P. José Alves de Pinho y llegué a pertenecer a la Hermandad.
Después me enrarecieron mis idas a Fornos. Ya no iba hace cinco años.
Así, con un disparo maté dos conejos: hice mi caminata descalza y participé en las fiestas.
El punto de partida para esta caminata fué junto a la capilla de Santo António da Lage, donde, muy a gusto, aparqué mi «Flecha Alada» (Skoda).
Me dirigí a la Travessa de los Molinos, donde grabé un vídeo.
En el camino de la iglesia hice un pequeño pediluvio en la Fuente de la Lage.
Llegué a la iglesia con bastante antelación para la hora de la Eucaristía solemne, lo que me permitió recitar el Oficio de Lectura, las Laudes y la Tercia. Por el camino ya había rezado el Rosario.
Almozón en la "tasquinha" (bodegón) de la parroquia: las hebras de pernil a la parrilla regadas con ... agua! A pesar de considerarme un enófilo razonable pensé mejor no meter alcohol en este asunto.
Tuve como compañeros de mesa a dos parejas simpáticas, a las que le facilité el "enlace" para este blog, mostrándose ellos interesados en el mismo.
Comentarios sobre mi descalzismo?
¡Sólo lo notaron cuando me levanté para pagar el almuerzo!
Puedo decir que no hubo comentarios.
Después del almuerzo volví a la iglesia, y allí estuve descansando, meditando y orando.
Después salí a un parque situado justo al lado del adro de la iglesia, un lugar muy apacible, bueno para que los descalzistas experimentar varias texturas de suelo.
Llegó la hora de la procesión, en la que me incorporé, junto con los devotos, algunos descalzos como yo.
Antes de la salida fotografé, dentro de la iglesia, los respectivos andadores con las imágenes.
Hora de volver.
Termino la jornada descalzista donde la inicié: junto a la capilla de Santo António da Lage.
Aquí os dejo el enlace a mi blog:

https://duxspinensis.blogspot.com/2018/08/nas-raizes.html

Para todas las mayores bendiciones de Jesús, Nuestra Señora de la Salud y San Francisco!
Hnº. Alberto