Inicio de sesión

CAPTCHA
Resuelve la tarea:
Fill in the blank

Iván Herce, de Arnedo Televisión se presentó el pasado 4 de Octubre 2013 en la Casa de la Cultura de Arnedo. Fué con la intención de grabar una pequeña parte de la conferencia ¿Sómos Felices Realmente? que yo, Nuria Aragón, iba a impartir como inauguración del Primer Encuentro de Amor y Vida(Transcripciones de las charlas del evento, fotos, vídeos y comentarios de asistentes los puedes ver pinchando Aquí

Pero no sólo grabó una parte de la conferencia. Ésta le sedujo tanto, que al final la grabó al completo y me pidió permiso para subirla a internet pues le pareció muy interesante.

A continuación, tenéis tanto el trailer como la transcripción del trailer de 7 minutos emitido por ellos el día 7 de Octubre 2013. El trailer se puede ver también en su página pinchando Aquí.

Gran parte de la charla completa puedes leerla, verla y escucharla pinchando Aquí. También puedes descargarte el vídeo que grabó Iván Herce de ARtv buscándolo Aquí. Título: ¿Somos felices realmente? Fecha: 04/10/2013. O verlo abajo del todo de esta página, tras la transcripción del trailer..

 

 

 

 

La vida son ondas. Todos son ondas. La energía son ondas, el viento son ondas… Ahora fuerte, ahora suave, ahora fuerte, ahora suave, ahora momentos agradables, ahora momentos desagradables… La diferencia está en lo que realmente nosotros como personas nos podemos valorar. La diferencia está en cuándo volvemos, en cuánto tiempo necesitamos para volver otra vez al estado de armonía. En con qué rapidez nos hemos dado cuenta de que hemos salido de ese estado armonioso ¿Cuándo nos hemos dado cuenta? ¿Cuándo ya se nos ha dado una situación muy desagradable? ¿O ya no estábamos en ese estado por una pequeña cosa, otra pequeña cosita y otra más… Y sólo cuando ya son muchas cosas, te das cuenta?

Ahí, con esas cuestiones, es como uno puede valorar el punto en el que está: Con qué rapidez uno se da cuenta de que ha salido del estado de armonía y con qué rapidez uno vuelve a él.

Iván Herce, de Arnedo TelevisiónO sea, te ocurre algo desagradable y puedes decir “¡No me gusta! Arg, arg, arg” ¿No? Lo puedes expresar, pero ¿Eres consciente de que lo expresas así porque es una forma de expresarte, igual que sonríes o estás erre que erre en tu mente? ¿Qué ocurre si alguien te cuenta un chiste dos minutos después de haberte enterado de algo desagradable? ¿Te puedes reír con el chiste? ¿O no puedes reírte con el chiste después de que alguien te criticase? ¿Puedes cambiar a tu estado o no?

Creo que todos queremos cambiar inmediatamente. Todos, lo que deseamos, es poder mantener ese estado de armonía, de felicidad, en toda situación ¿Por qué no lo mantenemos pues? Porque identificamos en ciertos momentos un acto concreto con algo agradable: “Cuando hacía esto, me he sentido en armonía. Entonces, lo que ha hecho que esté en armonía es eso que estaba haciendo o esa persona con la que estaba”. Pero no es así. Estabas feliz y armonioso simplemente porque estabas relajado y abierto.

Si uno viene aquí, a esta conferencia, o va a un encuentro de los que hacemos con música, viene con una predisposición de apertura. Está abierto, riéndose o escuchándome y después, sale de la sala diciendo “No tengo ni idea de lo que está hablando, pero me he sentido uff, hasta con ganas de dormir. Muy a gusto, completamente relajado, relajadito” Pues bien, no he sido yo la que os ha dado ese estado de  armonía o ese relax. Vosotros ya lo tenéis dentro. E igual que lo habéis sentido conmigo, lo podéis sentir con cualquier otro. La diferencia está en que en ese momento esa persona, está abierta a escuchar lo que yo digo. Ha dado un paso adelante diciéndose: “¡Uy!, quiero estar a gusto conmigo mismo, quiero ser feliz. Estoy hasta las narices de problemas económicos, de los problemas de la vida, de problemas de pareja, problemas sexuales, problemas físicos, problemas de lo que sea. Lo que quiero es disfrutar y vivir. Que me dejen en paz todos. Este mundo es una ufff… Una guerra de supervivencia.

 

¿Por qué cuando una adolescente ha quedado con el novio o la novia y llega tarde, piensa: “Jo éste. No soy importante para ella o para él”. “¡Fíjate! Me está haciendo esperar aquí. Se ha olvidado, está jugando con sus amigos y pasa de mí”? ¿Por qué pensamos eso? ¿Por qué no pensamos “Wow ¡Cuánta armonía! ¡Qué a gusto tiene que estar! Qué bien va a venir luego” “Está  llegando tarde porque está concretando  unas cosas para poder estar completamente para mí, sin pensar en otras cosas”? ¿Por qué no pensamos “Uy, tiene que haber problemas de transporte, le voy a llamar”? ¿Por qué el adolescente a lo mejor coge y se va al no haber aparecido el otro a la hora tras haber estado esperándole media hora? ¿Por qué no decide llamar y decir “Eh, ¿Qué pasa? Estás tardando. Venga, pues yo voy a donde tú estás. No quedamos aquí”? ¿Por qué actuamos desde ya niños desde adolescentes, con una agresividad, con un recelo? Porque nos hemos sentido desde muy pequeños ya presionados  a dar una imagen. A dar una imagen de ser unos buenos niños para que nos quieran nuestros padres. De ser buenas personas para no tener problemas  en la escuela, en la sociedad, para con nuestros amigos, en el barrio, en el pueblo… Y al final poco a poco, lo que hemos ido aprendiendo es a no ser nosotros mismos, a no permitirnos ir con una camiseta amarilla fosforito. Y nos justificamos: “Es que a mi pareja no le gusta” “Es que se van a reír de mí” “Es que en el trabajo yo no puedo ir, porque al trabajo tengo que ir con cierta etiqueta”.

 

¿Somos realmente felices? Solo uno se lo puede cuestionar a sí mismo. Y cuando se cuestione el sí, la siguiente pregunta es si me dicen algo tan temido como es hoy en día, en esta sociedad, si me dicen mañana mismo, que tengo un cáncer… ¿Soy feliz realmente? Y si se sigue contestando que sí, ¿Y si me dicen que me quitan la casa porque no puedo pagar la hipoteca? ¿Soy feliz realmente? Y ese cero como algo por cierto que pueda continuar diciendo que sí, entonces que venga aquí a darnos felicidad a todo el mundo porque tiene que ser una bomba increíble.

La idea es, o lo que yo hablo es, el cómo nos tenemos que auto observar para aprender a darnos cuenta cuándo estamos empezando a sabotearnos. Cuándo estamos teniendo un pensamiento de crítica hacia alguien, de crítica hacia alguna situación. Y nunca es porque el otro ha hecho algo. Es porque estamos de mal humor, estamos enfadados con la vida, estamos enfadados con Dios, estamos enfadados con nosotros mismos y estamos muy, muy enfadados. Entonces es mejor ponerse a pegar puñetazos a un cojín que ponerse a chillar al otro o hacer cosas muy buenas al otro y por dentro urrmmm. Es así.

Y aprender a dejar de estar enfadado con uno mismo, a dejar de estar enfadado con la vida, lleva su tiempo, porque no nos han enseñado eso.